Un día, Reiko, que vive con la pareja de su hija, ve a su yerno, Hikaru, frustrado y sumergido en la masturbación. Reiko no podía quitar los ojos de esa polla grande y gruesa… Cuando supo que la causa eran las chicas y nada de sexo, continuó seduciendo jugando con su polla sin importar dónde estuviera. Ante tal invitación de su suegra, Hikaru, que acumula esperma cada día, no pudo resistirse... y cedió. Desde entonces, los dos han devorado en secreto la diversión de su familia, pero